A Manuel Rodríguez, un asturiano de 49 años, la mala suerte le hizo sufrir un infarto y, encima, en pleno vuelo; pero la buena suerte hizo que en ese avión viajaran 20 médicos que
acudían a un congreso científico en Barcelona. El avión, de la compañía
Vueling, había salido de Oviedo de madrugada y tenía como destino el
Aeropuerto de El Prat. Ocurrió este miércoles. Poco después Manuel
Rodríguez empezó a sentirse mal, pero no faltaron quienes le
diagnosticaran con rapidez y decidieran qué hacer para tratar de
salvarle la vida.
Entre la veintena de médicos que iban en el pasaje, varios estaban especializados en Urgencias.
Otra suerte añadida para el infartado. Ante el diagnóstico, el
comandante del avión pidió pista para un aterrizaje de emergencia en el
aeropuerto de Zaragoza. Allí se dispuso todo lo necesario para no perder
tiempo y atender con la máxima rapidez a Manuel Rodríguez, que se recupera en el Hospital Miguel Servet de la capital aragonesa.
«Todos se han portado de maravilla»,
relató para el periódico regional Heraldo de Aragón este asturiano de 49
años, que no ahorra elogios ni para sus compañeros de viaje, ni para el
comandante del avión, ni para quienes se han hecho cargo de su salud en
el Hospital Miguel Servet.
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