Políticos individuos de las altas esferas del poder, con sus preparadas sonrisas, y sin moral alguna en sus corazones. Carecen del mas mínimo respeto por la vida y la dignidad humana, ni la de su país, ni la de los demás. Hablan sin corazón y piedad de distintos temas que sus votantes valoran, como igualdad, solidaridad, derecho a la vida, pero realizan lo justo y necesario para aparentar que tienen valía alguna como políticos o personas (valía una de las cosas de las cuales carecen).
Estos individuos, borrachos de poder, son incapaces de ponerse en la piel de los que representan, ni de los que perjudican. Así, ha sido posible que los intereses económicos primen sobre la vida o la muerte, la salud, la libertad, la veracidad de los medios y la totalidad de ámbitos que la política regula. Todos ellos han aprendido en que consiste la política en la misma escuela, y saben que lo esencial consiste en manejar masas, si es posible haciéndolas creer que ellas tienen el poder. (Todavía hay mucho crédulo que cree que con votar una vez cada cuatro años es suficiente, pero que crédulos e inocentes son. Su mente esta todavía echándose una larga siesta de la cual algunos ni despertaran en toda su vida).
No obedecen a los que posibilitaron que llegasen hasta ahí . Han aprendido que para dirigir a las masas, hay que asumir costes y sacrificios(preferiblemente en los países pobres, pero si es necesario también los asumirán aquí), y a mayor responsabilidad y poder, mayor coste y sacrificios hay que estar dispuesto a asumir (negociando con vidas y sufrimiento humano como si de materia prima se tratara).
Si te cuesta ver esta carencia de principios, piensa lo, ¿ de verdad crees que un aspirante a político que haya destacado por su inconformismo y ganas de servir al pueblo por encima de los poderosos va a ser elegido por los varones del PSOE, PP CIUDADANOS,PODEMOS… para presidente del Gobierno?. Si tenemos en cuenta que estos “varones” son quienes verdaderamente mandan, gobierne quien gobierne, parece improbable, ¿no? . Si Felipe González, Aznar, Zapatero, Rajoy, etc. han sido propuestos para presidente, no es por su capacidad para mandar( de la que carecen), sino para obedecer .
Estos candidatos, sabían, que no les quedaba otra que acatar las medidas de los que financian sus partidos, de las autoridades europeas, o, como tan usualmente se ha venido diciendo, de los mercados. Ellos sabían que lo peor aún estaba por llegar, el resto de medidas para perjudicar aún más la situación de la ciudadanía (que ya andaba renqueante). Saben que, no les queda otra que obedecer, pero no pueden desvelar todo lo que saben, porque eso perjudicaría de raíz a todos los partidos del sistema democrático. La población se daría cuenta de que este sistema no puede ayudarle y se irían mentalizando para cambiar algo más que un partido gobernante. Sólo prosperan los avances compatibles con los intereses de los poderosos.
Los ciudadanos pobres o normales no les importamos para nada. Para ellos no somos mas que materia prima con la que tratar y comerciar. Si morimos en el proceso ¿que mas da? ¿no?. Hay mucho material con forma humana caminando por este loco mundo que ofrecerían sus vidas y su libertad por unas cuantas migajas de un pastel, que es suyo pero del cual no controlan para nada su reparto. No importa cuantos mueran hay muchos mas haciendo cola.
Que los presidentes democráticamente elegidos, no son las personas que dirigen el país no es un secreto. Como mucho serán los responsables, a quienes culpar si todo sale mal, pero siempre existe por encima de ellos quienes dirigen verdaderamente las medidas que después estos anuncian. Que son los mismos que deciden quiénes se presentan a candidato a presidente, quienes a las primarias, etc.
El concepto criptocracia es un modo de gobierno encubierto. Pero no es una teoría sino un hecho: Existen referencias a la existencia de la misma en EEUU, de modo que si por alguna razón, el gobierno electo fuera aniquilado, o estuviera en paradero desconocido, se delegarían sus labores a determinadas personas no electas (que, como es lógico, serán las que dirigen habitualmente en la sombra su democracia-parodia).
El sistema está diseñado específicamente para fomentar lo que nos esclaviza, debilita o acentúa la desigualdad entre la élite y el resto, y para boicotear lo contrario. Por un lado, parece claro que, desde sus orígenes, la política ha congregado a una buena parte de los ciudadanos más ansiosos de poder, corruptos, egoístas e inmorales, y ha delegado en ellos la más vital de las misiones: negociar con las élites (que existen antes que nuestras democracias) para defender, supuestamente, el interés de la mayoría.
El asunto pinta mal desde el principio, ya que las mayores irregularidades de todos los sistemas, incluso los inicialmente benéficos, suelen darse al final, en su decadencia, cuando sus gestores se relajan y corrompen absolutamente, pero este ya empezó corrupto y manipulado desde el principio. A pesar de todo, la idea general, aceptada por el ciudadano común, es que el balance y logros proporcionados por tan buen hacer es positivo (facilitado por la costumbre de comparar con los tiempos pasados, plagados de guerras y hambrunas, en vez de con lo que ya permitirían los avances actuales).
La predilección de nuestros políticos por los poderosos, nos ha llevado hasta el límite del absurdo en el sector energético, con determinadas medidas de ahorro como la de apagar el alumbrado público en ciertas horas y lugares para disminuir su coste. Se han privatizado o dejado caer en manos de capital extranjero nuestras empresas energéticas nacionales, con la excusa de que no son “rentables” (cuyas infraestructuras fueron creadas con el esfuerzo, trabajo e impuestos de los ciudadanos, en épocas de decadencia económica nacional: la posguerra).
Y ahora, nuestro Gobierno no puede ni permitirse mantener alumbradas las calles? Esa no rentabilidad es un insulto a cualquier inteligencia: Han sido construidas y pagadas con nuestros impuestos, durante las épocas de más carestía económica, y ahora, tras décadas de crecimiento económico exponencial, que sólo hay que mantenerlas, dicen que no son rentables.
¿Para quién no son rentables? Para las élites, que prefieren lucrarse y asfixiarnos con una energía cada vez más cara, antes de vernos disfrutar de suministro nacional y familiar superbarato, no hablemos de gratis, como deberíamos estar disfrutando desde hace décadas.
Aparentemente se supone que el sector sanitario es una gran labor social pero está infinitamente peor enfocado que el sector energético. El mercado de la enfermedad por auténticos expertos, es comparable al del sistema económico y productivo, que ha ocasionado, innecesariamente, la muerte de miles de millones de ciudadanos del tercer mundo. Sólo el cáncer se ha llevado más de dos mil millones de vidas. Se dice que han existido diversas curas al mismo, boicoteadas para mantener los beneficios de las farmacéuticas quimioterápicas, si eso fuera cierto se trataría del mayor genocidio de la historia de la humanidad. Al igual que el sector energético se adaptó para lucrar minorías y mantener dependiente a la mayoría (que podría haber avanzado hasta tener sus necesidades energéticas cubiertas con energía limpia y gratuita), el proceder del sector médico-farmacéutico ha sido exactamente el mismo, con el agravante de que, en este caso, en vez de convencernos de la carestía energética, se nos ha convencido de que es normal el permanente y creciente estado de enfermedad de todos los ciudadanos, independientemente de su edad. Cuando en realidad es el resultado de un desastroso sistema médico centrado en tapar síntomas, de pequeñas enfermedades que delatan desequilibrios a corregir, que, al no corregirse, dan lugar a enfermedades cada vez más graves, que seguir parcheando hasta el final.
La manipulación mediática distrae, a cada vez menos ciudadanos, centrándose en los novedosos avances de que no disponían nuestros ancestros, y asocia la incontable e insufrible lista de graves enfermedades de nuestros mayores a una supuesta longevidad creciente (que hace tiempo que dejó de crecer).
En lugar de haber avanzado hacia una sociedad cada vez más sana y longeva (por una alimentación, estilo de vida, sabiduría, avances sociales, etc.), hemos llegado al punto en el que todas las mejoras tecnológicas, sociales, laborales y de abundancia material, son absolutamente insuficientes para anular los efectos de la desastrosa alimentación nociva actual y su aliado incondicional, nuestro sistema sanitario, basado en la rentabilidad de la enfermedad.
Hemos tocado fondo, y, ni la mayor manipulación mediática puede ya disimular, las evidencias de una población que empieza a enfermar gravemente y a morir, cada vez más generalizadamente, a edades más tempranas incluso que los ancianos que sufrieron las mayores de las miserias pasadas, de guerras y posguerras.
¿y todo para que? ¿para que el cartel armamentístico, energético y sanitario ganen millones a costa de nuestra vida y nuestra salud? Según mi criterio aquel que gana poder y dinero a costa del sufrimiento ajeno, roza la categoría de bestia sin corazón y sin alma. Buen día.
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