Nicolás Timpu, según la madre del joven fallecido, también ha colocado unos carteles en la iglesia "con consejos para vestir a la hora de acudir a la parroquia, como llevar falda por debajo de las rodillas y poco escote"
Más de 1.500 firmas han reunido los vecinos de la pedanía malagueña de San Luis de Sabinillas (Málaga) para solicitar al obispado que despida al párroco de la pedanía por reprochar los llantos de algunos asistentes a un funeral y poner música navideña en los entierros.
“Le podía pasar lo mismo” que a su primo
La vecina, Trinidad Campos, perdió a su hijo de 25 años en un accidente de tráfico el 5 de septiembre y el funeral se ofició al día siguiente por el párroco Nicolás Timpu, quien, según ha asegurado ella, dijo a los asistentes que o cesaban los llantos o dejaba de dar misa, porque el difunto estaba ahí “por ser un pecador”. Campos ha contado que una sobrina suya al reprochar al sacerdote lo que había dicho, éste le dijo que se callase “porque le podía pasar lo mismo” que a su primo.
La vecina, Trinidad Campos, perdió a su hijo de 25 años en un accidente de tráfico el 5 de septiembre y el funeral se ofició al día siguiente por el párroco Nicolás Timpu, quien, según ha asegurado ella, dijo a los asistentes que o cesaban los llantos o dejaba de dar misa, porque el difunto estaba ahí “por ser un pecador”. Campos ha contado que una sobrina suya al reprochar al sacerdote lo que había dicho, éste le dijo que se callase “porque le podía pasar lo mismo” que a su primo.
Más casos rocambolescos
Algunos casos más son, como mínimo, rocambolescos. “En la misa de difuntos de mi suegra, el año pasado, puso villancicos. Para nosotros no fue respetuoso ni con la difunta ni con los familiares, puesto que aunque fue un día después de Navidad, no era lo más conveniente poner diapositivas y hacer cánticos navideños, pues los allí presentes no estábamos ni para cánticos ni para fiestas”, critica Isabel Luque, otra vecina de San Luis de Sabinillas. Otro vecino, también ha comentado al diario Sur, que “cuando bautizamos a mi ahijada, a mí, que era el padrino, me quiso echar de la ceremonia porque decía que no estaba atendiendo. Y al final me pidió un aguinaldo de 50 euros. Que si no daba ese dinero, que no era el padrino”, insiste David Relinque.
Algunos casos más son, como mínimo, rocambolescos. “En la misa de difuntos de mi suegra, el año pasado, puso villancicos. Para nosotros no fue respetuoso ni con la difunta ni con los familiares, puesto que aunque fue un día después de Navidad, no era lo más conveniente poner diapositivas y hacer cánticos navideños, pues los allí presentes no estábamos ni para cánticos ni para fiestas”, critica Isabel Luque, otra vecina de San Luis de Sabinillas. Otro vecino, también ha comentado al diario Sur, que “cuando bautizamos a mi ahijada, a mí, que era el padrino, me quiso echar de la ceremonia porque decía que no estaba atendiendo. Y al final me pidió un aguinaldo de 50 euros. Que si no daba ese dinero, que no era el padrino”, insiste David Relinque.
Varios incidentes en otros entierros
Una vez finalizado el entierro, los asistentes al mismo, la gran mayoría vecinos de esta pedanía perteneciente al municipio de Manilva, le comentaron a la madre del fallecido que el párroco se había portado mal con su familia, y ésta decidió reunir firmas para sustituirle y recoger testimonios de otras personas a las que les habían ocurrido hechos similares. Esta mujer cuenta con declaraciones firmadas de personas del pueblo en las que se indica que el párroco en otro funeral “puso villancicos” o que en el entierro de una niña de 10 años comentó que “él sabía que iba a morir y que ahora se la estaban comiendo los gusanos”.
Una vez finalizado el entierro, los asistentes al mismo, la gran mayoría vecinos de esta pedanía perteneciente al municipio de Manilva, le comentaron a la madre del fallecido que el párroco se había portado mal con su familia, y ésta decidió reunir firmas para sustituirle y recoger testimonios de otras personas a las que les habían ocurrido hechos similares. Esta mujer cuenta con declaraciones firmadas de personas del pueblo en las que se indica que el párroco en otro funeral “puso villancicos” o que en el entierro de una niña de 10 años comentó que “él sabía que iba a morir y que ahora se la estaban comiendo los gusanos”.
Carteles en la iglesia “con consejos”
Por otro lado, Campos ha explicado que el párroco ha colocado unos carteles en la iglesia “con consejos para vestir a la hora de acudir a la parroquia, como llevar falda por debajo de las rodillas y poco escote”. Ha añadido que este sacerdote en otra ocasión le negó la misa de comunión a una niña porque dijo que “estaba llena de pecado y que iba a arder en el infierno”.
Por otro lado, Campos ha explicado que el párroco ha colocado unos carteles en la iglesia “con consejos para vestir a la hora de acudir a la parroquia, como llevar falda por debajo de las rodillas y poco escote”. Ha añadido que este sacerdote en otra ocasión le negó la misa de comunión a una niña porque dijo que “estaba llena de pecado y que iba a arder en el infierno”.
Promesa si lo despiden
La mujer, que ha reunido las firmas en quince días, ha señalado que si consigue que el párroco se vaya y, a pesar de ser una persona que no acude a misa habitualmente, tan sólo a bautizos, comuniones y bodas, ha hecho “la promesa de asistir a la iglesia y a misa descalza durante un año, aunque llueva”.
La mujer, que ha reunido las firmas en quince días, ha señalado que si consigue que el párroco se vaya y, a pesar de ser una persona que no acude a misa habitualmente, tan sólo a bautizos, comuniones y bodas, ha hecho “la promesa de asistir a la iglesia y a misa descalza durante un año, aunque llueva”.
!Curas¡,se que hay algunos buenos que se interesan por sus feligreses, pero el 95% son una panda de ladrones y de muchas otras cosas que no mencionare. Una cosa si es segura, este curita no le llega ni a la suela de los zapatos ni a Dios ni a Jesús.
Comentarios